El inicio del curso parecía haberse producido con normalidad pero eso no es del todo cierto. Al menos para los padres de Clara, una alumna de cuatro años del Colegio el Carmen que va en silla de ruedas porque sufre una enfermedad neurodegenerativa del aparato motórico. Y es que el ascensor del colegio de su hija no funciona, pese a que la delegación provincial de Educación entregó la obra en diciembre del año pasado. "Nuestra niña necesita que no haya ninguna barrera arquitectónica y nos encontramos con que el ascensor no funcionaba", explica Eduardo Carpintero, el padre de la niña.
En previsión de esta deficiencia del centro el aula de la pequeña está situada en la planta baja, sin embargo en estas condiciones Clara no podrá asistir a las clases que se impartan en la planta superior donde se encuentra, por ejemplo, la biblioteca. "La profesora nos comentó que van a hacer actividades en la biblioteca que está en la planta de arriba, y no sabemos qué va a pasar con la niña, si se va a quedar sola en la clase o qué, porque su silla de ruedas es especial y no se puede subir a la otra planta sin ascensor porque pesa 100 kilos y no se puede coger a pulso", explica el padre, "así que a lo mejor traemos otra silla nuestra más pequeña para que la niña la use en la planta superior, aunque en esa no tendría ninguna autonomía porque no es eléctrica".
En principio desde la dirección del colegio, al parecer, no sabían a quién correspondía la puesta en marcha del aparato si a la delegación provincial o a la municipal, y tuvo que ser el propio padre de la niña, y a través de un programa de radio, el que se lo preguntase directamente al Delegado Provincial de Educación al día siguiente de comenzar el curso escolar. "El director de área de Educación me comentó que correspondía a la delegación provincial el poner en marcha el ascensor, pero al oír en la radio al Delegado Provincial llamé y le pregunté en antena". La respuesta fue que era un tema del Ayuntamiento pero que desde la delegación provincial iban a tratar de agilizarlo lo máximo posible.
Dos días después, Carpintero recibía la llamada del concejal de Educación, Antonio Sánchez: "Dijo que era responsabilidad del Ayuntamiento y que él se acababa de enterar, que de haberlo sabido antes el tema ya estaría solucionado".
Actualmente, y como ha confirmado el concejal de Educación, los trámites para obtener la licencia de funcionamiento del ascensor ya han sido realizados por parte de la delegación municipal de Educación, que está a la espera de la resolución de la delegación provincial de Industria para gestionar su mantenimiento.
Sin embargo los padres están indignados por la tardanza con la que se ha gestionado el tema, ya que en el colegio conocían las necesidades de su futura alumna de primera mano, pues su madre, aunque ahora tiene concedida una excedencia para cuidar de su hija, es profesora del mismo centro. Además, según les confirmó la Coordinadora del Equipo Provincial de Educación, Concha Niño, en el colegio hay más niños que requieren del uso del ascensor, como uno de tres años con visión mínima y algunos más de cinco años con problemas de movilidad. "La niña está inscrita en el colegio desde el mes de junio y creo que desde entonces ya se deberían haber puesto los medios para que esto estuviera en funcionamiento porque ha habido tiempo suficiente como para ponerlo en marcha. Es una pena que tengamos que estar esperando a que alguien se interese por este asunto, porque no sólo se trata de mi hija, sino que hay más niños que también necesitan el ascensor", explica el padre...
ATC Journal. ¡Llevamos la información!
En previsión de esta deficiencia del centro el aula de la pequeña está situada en la planta baja, sin embargo en estas condiciones Clara no podrá asistir a las clases que se impartan en la planta superior donde se encuentra, por ejemplo, la biblioteca. "La profesora nos comentó que van a hacer actividades en la biblioteca que está en la planta de arriba, y no sabemos qué va a pasar con la niña, si se va a quedar sola en la clase o qué, porque su silla de ruedas es especial y no se puede subir a la otra planta sin ascensor porque pesa 100 kilos y no se puede coger a pulso", explica el padre, "así que a lo mejor traemos otra silla nuestra más pequeña para que la niña la use en la planta superior, aunque en esa no tendría ninguna autonomía porque no es eléctrica".
En principio desde la dirección del colegio, al parecer, no sabían a quién correspondía la puesta en marcha del aparato si a la delegación provincial o a la municipal, y tuvo que ser el propio padre de la niña, y a través de un programa de radio, el que se lo preguntase directamente al Delegado Provincial de Educación al día siguiente de comenzar el curso escolar. "El director de área de Educación me comentó que correspondía a la delegación provincial el poner en marcha el ascensor, pero al oír en la radio al Delegado Provincial llamé y le pregunté en antena". La respuesta fue que era un tema del Ayuntamiento pero que desde la delegación provincial iban a tratar de agilizarlo lo máximo posible.
Dos días después, Carpintero recibía la llamada del concejal de Educación, Antonio Sánchez: "Dijo que era responsabilidad del Ayuntamiento y que él se acababa de enterar, que de haberlo sabido antes el tema ya estaría solucionado".
Actualmente, y como ha confirmado el concejal de Educación, los trámites para obtener la licencia de funcionamiento del ascensor ya han sido realizados por parte de la delegación municipal de Educación, que está a la espera de la resolución de la delegación provincial de Industria para gestionar su mantenimiento.
Sin embargo los padres están indignados por la tardanza con la que se ha gestionado el tema, ya que en el colegio conocían las necesidades de su futura alumna de primera mano, pues su madre, aunque ahora tiene concedida una excedencia para cuidar de su hija, es profesora del mismo centro. Además, según les confirmó la Coordinadora del Equipo Provincial de Educación, Concha Niño, en el colegio hay más niños que requieren del uso del ascensor, como uno de tres años con visión mínima y algunos más de cinco años con problemas de movilidad. "La niña está inscrita en el colegio desde el mes de junio y creo que desde entonces ya se deberían haber puesto los medios para que esto estuviera en funcionamiento porque ha habido tiempo suficiente como para ponerlo en marcha. Es una pena que tengamos que estar esperando a que alguien se interese por este asunto, porque no sólo se trata de mi hija, sino que hay más niños que también necesitan el ascensor", explica el padre...
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